Durante siglos, solo los textos antiguos y el arte romano nos hablaban
de los gladiadores que se enfrentaban a bestias salvajes. Ahora, un
reciente hallazgo en York cambia todo lo que sabíamos sobre estos
espectáculos.
Todo lo que se sabe de los combates entre gladiadores romanos
y fieras procede de los textos y las representaciones artísticas de la
época, unas luchas épicas que el cine y la literatura han recreado desde
siempre. Sin embargo, nunca se habían encontrado pruebas de estos
espectáculos. Hasta ahora.
Hoy un estudio publicado en la revista Plos One da cuenta de un descubrimiento inédito: el primer esqueleto de un
gladiador con marcas en los huesos provocadas por la mordedura de un
felino de gran tamaño –probablemente un león– hace más de 1.800 años en
un yacimiento situado a las afueras de York, Inglaterra.
Primer esqueleto de gladiador con marcas de ataque felino
El hallazgo no solo prueba la existencia real de estos espectáculos,
sino que además constata que estos brutales entretenimientos también se
celebraban en los lejanos territorios del Imperio y no solo en el
Coliseo de Roma.
El esqueleto fue descubierto en el yacimiento de Driffield Terrace,
situado junto a la calzada romana que iba de la ciudad de Eboracum
(actual ciudad de York) hasta Tadcaster.
En 2004, los científicos empezaron a excavar el yacimiento y en 2010
iniciaron el examen de los 82 esqueletos masculinos que habían sido
enterrados en este cementerio romano entre los años 200 y 300 de nuestra
era.
Excavación arqueológica en Driffield Terrace
La investigación, realizada por un equipo internacional de
arqueólogos y osteólogos dirigidos por el catedrático de Antropología de
la Universidad irlandesa de Maynooth, Tim Thompson, descubrió que los
restos pertenecían a hombres jóvenes de buena constitución que
presentaban frecuentes traumatismos.
Uno de los esqueletos, de un varón de entre 26 y 35 años, estaba
enterrado en una fosa con otros dos individuos y recubierto de huesos de
caballo. El análisis reveló que, en vida, este hombre había sufrido
problemas de espalda causados por sobrecarga, inflamación en un pulmón y
daños en el muslo. Además, de niño padeció una desnutrición de la que
después se recuperó.
En el hueso de la pelvis, los investigadores hallaron una marca de
incisivo de león –que se comparó y coincidió con la mordedura de un león
de zoo–, que no estaba cicatrizada y que, probablemente, fue la causa
de su muerte.
Para Thompson, "este descubrimiento es la primera prueba física
directa de que tales acontecimientos tuvieron lugar en este periodo, lo
que modifica nuestra percepción de la cultura romana del entretenimiento
en la región".
Al estudiar el resto de los esqueletos y el esmalte de los dientes,
el equipo descubrió que procedían de una gran variedad de provincias
romanas de todo el mundo y que sus muertes eran coherentes con el combate de gladiadores.
Además, todos ellos tenían una constitución especialmente fuerte como
resultado del entrenamiento y una gran cantidad de lesiones ya curadas y
asociadas a la violencia, indicios que sugieren que los hombres
enterrados eran Bestarius, un tipo de gladiador formado por voluntarios o
esclavos.
"Las marcas de mordedura fueron probablemente hechas por un león, lo
que confirma que los esqueletos enterrados en el cementerio eran
gladiadores, y no soldados o esclavos, como se pensó inicialmente",
explica Malin Holst, investigador en la Universidad de York y coautor
del estudio.
Espectáculos gladiatorios más allá de Roma
Gran Bretaña estuvo ocupada por los romanos desde el siglo I hasta el
V y se sabe que la ciudad romana de Eboracum albergó competiciones de
gladiadores hasta el siglo IV d.C., probablemente porque en ella
residieron muchos generales y políticos de alto rango, como Constantino,
nombrado emperador en el año 306 d.C.
"A menudo tenemos la imagen mental de que estos combates se producían
en los grandiosos alrededores del Coliseo de Roma, pero estos hallazgos
demuestran que estos acontecimientos deportivos tenían un gran alcance,
mucho más allá del centro de los territorios romanos centrales.
Probablemente hubo un anfiteatro en la York romana, pero aún no se ha
descubierto", añade Holst.
Este hallazgo "enormemente emocionante" permite "empezar a construir
una imagen mejor de cómo eran estos gladiadores en vida", destaca el
investigador.
Para David Jennings, director general de Arqueología de York, el
estudio "ofrece una visión extraordinaria de la vida, y la muerte, de
este individuo en particular, y se suma a las investigaciones genómicas
anteriores y en curso sobre los orígenes de algunos de los hombres
enterrados en este cementerio romano".
"Puede que nunca sepamos qué llevó a este hombre a la arena, donde
creemos que luchaba para entretener a los demás, pero es notable que la
primera prueba osteoarqueológica de este tipo de combate de gladiadores
se haya encontrado tan lejos del Coliseo de Roma, que habría sido el
estado de combate de Wembley del mundo clásico", concluye Jennings.
FEW (EFE, Plos One)
Nota cortesía:
Fuente de infomación:
Felipe Espinosa Wang (24 de abril de 2025). Descubren primer gladiador con marcas de ataque de león. DW en Español. Alemania. Recuperado el 27 de abril de 2025 de: https://www.dw.com/es/descubren-los-primeros-indicios-de-gladiadores-romanos-luchando-contra-leones/a-72341496
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