Hola. O debería decir, “saludos, hijo de las estrellas”. Es el tipo de tontería que solía usar para que la gente se sintiera especial antes de sacarles el dinero.
Durante años, hice creer a la gente que tenía un “don”. Que podía leer tu futuro en las líneas de tu mano, desentrañar los misterios del tarot o realizar un “amarre” que haría que esa persona imposible cayera rendida a tus pies. La gente me pagaba, a veces cientos de dólares, por soluciones mágicas a problemas muy reales.
Hoy, desde el anonimato y con algo de remordimiento, voy a contarte cómo funciona este negocio. Y la verdad más importante, la que duele, es esta: Nada de eso existe. Yo nunca lo creí. Y la razón por la que funcionó es porque tú, en tu desesperación, decidiste creerlo.
El Manual del Estafador Espiritual (Para Principiantes)
No se necesita una escuela de brujería. Solo un poco de teatro, unas cuantas frases misteriosas y una comprensión básica de lo que la gente desea y teme.
1. La Lectura Fría es Tu Mejor Herramienta: Esto es el 90% del trabajo. Consiste en hacer declaraciones vagas que se aplican a casi cualquier persona. “Veo que has pasado por una traición reciente…” ¿Quién no? “Sientes que das más de lo que recibes…” Bingo. “Hay una persona de tu pasado, de energía masculina/femenina, que aún piensa en ti…” Esto siempre funciona. Observo tus reacciones, tu lenguaje corporal, y afino mis disparos en base a tus micro-expresiones. Tú, sin querer, me das todas las pistas.
2. El Teatrito es Esencial: Incienso, figuras de cerámica de "santos", una túnica barata, una vela, un cristal de cuarzo que compré por internet. Es todo para el espectáculo. Cuanto más misterioso y “auténtico” parezca el ambiente, menos cuestionarás la lógica de lo que está pasando. Si te sientes en un espacio “sagrado”, tu escepticismo se desactiva.
3. El Problema y La Solución: Primero, te identifico un problema grave. “Tienes un mal de ojo muy fuerte”, “Hay una energía negativa anclada a tu aura”. Da miedo, ¿verdad? Luego, por supuesto, ofrezco la solución. Una vela especial de 50 dólares, un ritual de “limpieza” por 200, o el famoso “amarre de amor” que puede costarte 500 o más. La clave: el problema nunca se soluciona del todo. Siempre necesitarás “sesiones de seguimiento” o “rituales de mantenimiento”. Es una suscripción a la esperanza.
4. Culpa al Cliente: Si el “amarre” no funciona y tu crush no te escribe, es porque “tu fe no fue lo suficientemente fuerte” o “había una energía más poderosa en tu contra”, la cual hay que erradicar y por lo cual te cobraré mas dinero. La falla nunca es de la magia (que no existe), siempre es tuya. Es un sistema perfecto.
La Verdad Incómoda Que Todos Evitan.
Repito, por si no quedó claro: Yo no creo en la magia blanca, en la lectura de manos, en los amarres ni en el mal de ojo. Para mí, son conceptos ridículos. Los tarots son solo cartas con dibujos bonitos. Las líneas de tu mano solo sirven para agarrar cosas.
La parte más fascinante y, admitámoslo, deprimente, de todo esto, era ver cuán inteligentes, cuán exitosas podían ser las personas y aún así caer en la trampa. Un abogado, una enfermera, una empresaria… la desesperación por el amor, el miedo a la soledad, la angustia por el dinero o la salud, nublan el juicio de cualquiera.
Pagabas no por magia, sino por un placebo emocional. Pagabas por que alguien te escuchara y te diera una pizca de esperanza, aunque fuera falsa. Y yo te lo vendía caro.
¿Por Qué Lo Dejo?
Podría decir que fue un ataque de conciencia. Y en parte lo es. Ver a gente vulnerable entregar su último dólar por una mentira pesa más de lo que pensé. Pero también es el hastío. Es demasiado fácil. Es como ganar siempre al póquer contra un niño que no sabe las reglas. Pierde la emoción.
Así que aquí está mi consejo final, y es el único honesto que daré:
Si estás pasando por un mal momento, gasta tu dinero en un buen terapeuta, en un curso que te guste, en salir con amigos, en un gimnasio. Inviértelo en ti, en el mundo real. Esa es la única “magia” que funciona: la acción, el esfuerzo y el tiempo.
Y si algún día ves a un “brujo”, un “vidente” o un “santero” que te promete soluciones rápidas y milagrosas, recuerda mis palabras. Detrás del incienso y las palabras enredadas, solo hay un tipo como yo, que piensa que la gente es increíblemente tonta por pagar por estas estupideces.
Cortesía de Minotauro Blanco.

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