No sé ustedes, pero estoy hasta la madre de que nos vendan a Ángela Aguilar como la nueva diva del regional mexicano. Sí, viene de una dinastía legendaria, sí, tiene un Grammy nominado y sí, su abuela fue Flor Silvestre. Pero, ¿eso la convierte en una buena cantante? Yo canto mejor con el culo después de tres caguamas mientras toco mi bass fender squire debut bronco jazz precision pro style elite, y aquí les digo por qué.
1. La voz: ¿Emoción o monotonía?
Ángela tiene un timbre dulce, sí, pero escuchen bien: siempre suena igual. Ya sea en "La Llorona" o en sus colaboraciones pop, no hay riesgo, no hay matices. Es como si cantara con miedo a equivocarse, pegada al legado de su familia. Comparémosla con Chavela Vargas o incluso con su abuela: ahí había gritos, susurros, desgarro. Ella solo ofrece una versión edulcorada, apta para Disney .
2. ¿Talento o nepotismo?
No me malinterpreten: nacer en "La Dinastía Aguilar" le abrió puertas (y estudios de grabación). Pero ¿cuántas de sus canciones son realmente suyas? Su álbum "Primero Soy Mexicana" son covers de rancheras clásicas. Hasta su éxito con Christian Nodal, "Dime Cómo Quieres", lo escribió él. ¿Dónde está su voz auténtica? Hasta Steve Aoki le tuvo que poner beats electrónicos para hacerla sonar "innovadora" .
3. El drama como estrategia.
Desde que se casó con Nodal, su carrera parece un spin-off de Love Island. ¿Recuerdan cuando él dudó en decir si la amaba en una entrevista? O cuando ella lloró en Apple Music hablando de "las mujeres en la industria" (mientras viralizaban memes de sus huevos con salsa) . Si el talento no basta, que el clickbait haga el trabajo.
4. Colaboraciones forzadas.
Hasta Yuri y Thalía han sido criticadas por cantar con ella. Becky G ni la miraba en el Latin Grammy, y Shaila Dúrcal le tiró shade por modificar "La Gata Bajo la Lluvia". ¿Casualidad? No. Cuando tus duetos generan más polémica que aplausos, algo falla .
5. El mito del "reconocimiento".
Sus fans dicen: "¡Es la más joven nominada al Grammy!". Pues sí, pero también lo fue Justin Bieber, y miren cómo acabó. Los premios no siempre miden talento; a veces miden influencia (o apellidos). Mientras, artistas como Silvana Estrada o Natalia Lafourcade rompen moldes sin necesidad de llorar en directo .
Conclusión:
Ángela Aguilar es un producto bien empaquetado: herencia familiar, romance mediático y covers seguros. Pero si de verdad quieren rancheras con alma, pónganse un vinilo de Lola Beltrán. O invítenme a mí al karaoke. Hasta con hipo le gano.
¿Ustedes qué opinan? ¿Creen que el apellido pesa más que la voz? Déjenme sus comentarios (y sus playlists alternativas) abajo.
Por: Gato Limpio.
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