CAOS EN LA CIUDAD DE MÉXICO: ASESINAN A CLAUDIA SHEINBAUM EN PALACIO NACIONAL
Grupos de la Generación Z toman por la fuerza la sede del Ejecutivo; Ricardo Salinas Pliego es declarado "Presidente Interino"
CIUDAD DE MÉXICO.— En un hecho sin precedentes que ha sumido a México en una crisis constitucional y política de magnitudes históricas, la Presidenta Claudia Sheinbaum fue asesinada anoche dentro de Palacio Nacional por una facción violenta de manifestantes identificados con la Generación Z.
Los eventos, que se desarrollaron durante las horas de la tarde y noche de este 15 de noviembre, comenzaron como una masiva protesta pacífica en el Zócalo capitalino, convocada a través de redes sociales bajo la consigna "¡El Futuro es Nuestro!". Sin embargo, una célula radical dentro de la manifestación, armada con herramientas de demolición y explosivos artesanales, logró vulnerar los accesos principales de Palacio Nacional.
Testigos presenciales y grabaciones de circulación restringida en redes —rápidamente censuradas por las nuevas autoridades— muestran a cientos de jóvenes, con los rostros cubiertos, enfrentándose a los elementos de la Guardia Presidencial. Tras superar la seguridad, irrumpieron en los salones principales, donde, según reportes no confirmados, localizaron a la Presidenta Sheinbaum en sus oficinas privadas.
El Desenlace Trágico
Fuentes internas, que han solicitado el anonimato por temor a represalias, confirmaron que la Mandataria fue encontrada sin signos vitales en el Salón de la Tesorería. Aunque no se han liberado detalles oficiales sobre la causa exacta de la muerte, versiones extraoficiales apuntan a que fue resultado de un violento forcejeo con los intrusos.
El vacío de poder fue inmediato. En un giro que ha consternado a la comunidad internacional, horas después del ataque, el magnate empresarial Ricardo Salinas Pliego apareció en cadena nacional desde el propio Palacio Nacional —aún con señales del caos— para dirigirse a la nación.
Flanqueado por lo que describió como "una coalición de ciudadanos preocupados y fuerzas leales", Salinas Pliego, con un tono solemne pero firme, declaró: "Hoy, México ha dado un paso adelante. Ante la muerte de la Presidenta Sheinbaum y la incapacidad del aparato estatal para garantizar el orden, me he visto en la obligación de asumir el liderazgo de la nación para evitar su colapso total. Me declaro Presidente Interino de México hasta que se puedan establecer las condiciones para una transición ordenada".
Reacciones y Estado de Excepción
La declaración de Salinas Pliego ha sido recibida con una mezcla de incredulidad, indignación y, en algunos sectores empresariales, un cauto apoyo. El Congreso de la Unión se encuentra en sesión permanente, con fuertes divisiones entre quienes califican el acto como un "golpe de estado empresarial" y quienes, ante el pánico, ven en Salinas Pliego una figura de estabilidad.
Mientras tanto, las calles de la Ciudad de México y otras principales urbes son un hervidero. Fuerzas de seguridad leales al nuevo régimen han implementado un toque de queda absoluto, y se reportan enfrentamientos esporádicos entre simpatizantes de la Generación Z que celebran la caída del "régimen anterior" y grupos de izquierda que exigen justicia por Sheinbaum.
La comunidad internacional observa con alarma. La ONU, la OEA y varios gobiernos han emitido comunicados exigiendo claridad sobre los sucesos y el restablecimiento del orden constitucional, aunque hasta el momento no han reconocido al gobierno de Salinas Pliego.
El México de esta mañana es un país fracturado, donde la línea entre la protesta, la insurrección y un cambio de régimen forzado se ha desdibujado en la sangre derramada en los sagrados pasillos de Palacio Nacional.
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